En esta ocasión vamos a salirnos ligeramente de la temática de este blog (hablar sobre móviles baratos) para tocar un tema altamente interesante, los impactos negativos que la tecnología tiene en nuestra vida.
Cuando hablamos
del impacto que la tecnología tiene en
la sociedad, siempre pensamos en los efectos
positivos que esta tiene y como nos
ha hecho la vida más fácil. Para
nosotros internet es una fuente de información, pero también una potente
herramienta de comunicación, y muchas veces pasamos por alto que una exposición
excesiva a este medio puede derivar en una adicción a internet. Solemos hablar
siempre de que la tecnología nos hace la vida más fácil, pero no solemos
acordarnos tanto de que también nos ha hecho muy dependientes de ella. ¿Habías
tenido en cuenta el impacto de la tecnología
bajo este punto de vista? Seguramente la mayoría de nosotros no lo
solemos pensar así. Echemos un vistazo a este lado oscuro de la tecnología.
Impacto de la tecnología en nuestra sociedad
Echemos la
vista atrás, pensemos en aquellos tiempos en los que no había ordenadores. Por no
haber no teníamos tampoco los medios de transporte modernos. La vida humana estaba
era totalmente distinta a la actual debido a la falta de aplicaciones
tecnológicas. En la vida diaria de las personas tenía un papel importante la actividad física. En aquellos
tiempos había menos lujos, pero había más actividad, el ejercicio físico estaba
integrado dentro de las actividades rutinarias. Todo era muy distinto a la vida
sedentaria de hoy en día, en la que la mayoría de la gente apenas práctica
ninguna actividad física. Hoy, “gracias” a la tecnología, nos movemos menos. No vamos a lavar al lavadero o al río,
subimos al cuarto piso en ascensor, no trabajas en la fábrica o en el campo,
sino en la silla de tu oficina, etc.
Solemos pensar
que la tecnología y su gran avance es una bendición para la humanidad. Puede
que esto no sea completamente cierto. Internet ha amplificado muchas prácticas,
cuando menos, poco éticas, como puedan ser la piratería, el spam, el phising, etc. Es cierto que todas estas
prácticas ya existían de una forma u otra en la vida “analógica”, pero el mundo
digital ha supuesto una amplificación. El nivel de delincuencia en internet parece
estar siempre en aumento, todos sabemos lo difícil que es regular o limitar
estas prácticas dentro de la gran red. Pensemos en las apuestas deportivas,
reguladas, pero cercanas a ciertas sospechas de compras de partidos, jugadores,
etc. Quizás la sobre exposición a internet de la que hablábamos antes este
cobrando su precio.
Otro hecho
curioso, en este mundo virtual, usted puede seguir viviendo incluso después de
su (lejana) muerte. ¿No es algo, cuando menos, curioso? Sus perfiles en redes sociales, las páginas que cree, los blogs, seguirán hablando de usted tras su fallecimiento.
Los niños y los
jóvenes pasan gran parte de su tiempo jugando on line, y sin embargo, apenas
pasan tiempo jugando de verdad, corriendo, saltando, pegándose… etc. Después, cuando crecen, se pasan el día
enganchados a las redes sociales, dándose gloriosos casos de gente con miles de
amigos en Facebook y ninguno en la vida real. Eche la vista atrás a esos días
cuando no había Messenger, ni correos electrónicos, ni teléfonos móviles, ni de
los libres ni de los de contrato, ni de los baratos ni de los caros. La tecnología móvil ha hecho posible que nos
comuniquemos con todo el mundo a través de medios inalámbricos, sin embargo,
hemos ido olvidando la calidez del contacto humano real. Los correos
electrónicos han sustituido completamente las cartas (recuerdas aquellos
tiempos cuando recibías una carta), en consecuencia la comunicación ha perdido
el toque personal. Con los medios de
comunicación masivos, hemos perdido la magia de estar esperando (y de recibir)
la comunicación con el resto.
No solamente
esto, también podemos pensar que nos hemos vuelto dependientes en exceso de la
tecnología. ¿Es tanta esta dependencia? ¿Hasta qué punto es bueno depender de
las máquinas? ¿Y depender de los ordenadores en lugar de en el cerebro humano? Estamos
en un mundo en el que los humanos están siendo sustituidos por robots, cada vez
más. Esta afirmación suena bastante fuerte, pero piense en Siri, la aplicación
de Apple. Cuando hablamos de robots no hemos de pensar solo en seres metálicos
antropomorfos. Siri es un robot, y robots como Siri mandarán al paro a los
teleoperadores en poco tiempo. Situaciones como esta han de resolverse bien en
el futuro, pero mal gestionados podrían dar lugar a situaciones de desempleo
generalizado, mayor brecha entre ricos y pobres y delincuencia. Ya se empiezan
a escuchar voces que dicen que los robots deberían de pagar algún tipo de impuesto, o cotizar a la seguridad social.
El impacto
tecnológico en nuestras sociedades es profundo, tanto a nivel positivo como
negativo. El avance tecnológico ha influido de una manera importante
prácticamente en todos los campos de la vida. Nos ha hecho la vida más fácil,
pero tan fácil que somos dependientes de ella.
Este artículo no pretende ser
una crítica a la tecnología, de la que soy defensor, pero sí pretende que
tengamos una visión más amplia sobre el fenómeno, y sobre todo, ser conscientes
de que un paso hacia adelante no siempre
es un avance.